El 31 de agosto, los Círculos de Santiago, nos reunimos para compartir y practicar la Oración como Cristo la enseña. En primer lugar, aquietamos nuestro cuerpo y nuestra mente; y meditamos… Nos relacionamos en Espíritu con un Dios Vivo.
La oración debe ser practicada: se debe tomar conciencia de lo que se dice, del profundo significado de las palabras; se debe creer vivamente en el contenido de la palabra; es necesario que la oración sea algo asumido y propio. De esta manera, en el estado de la meditación la palabra de la oración se transforma en vida, en vivencia, en una llave para el Reino Celestial.
Tal es la Fuerza y el Poder de la Oración. Y si a esta Oración el Hombre de Fe entra en las prácticas de la meditación y contemplación: ¡He ahí al Santo y al Sabio que iluminará a los Hombres de este mundo…!
Y ante el profundo silencio del discípulo, el maestro agregó: “ahora ya no ores a Dios fuera de ti, como si se tratara de un hombre como tú, o una divinidad separada de tu ser. Ahora Ora a lo que te gobierna, y es parte de ti”
Muchas gracias a todos los(as) asistentes. Siempre dispuestos a compartir estas instancias de enseñanzas y vivencias espirituales: la Verdad del Cristo Vivo, Guía y Luz en nuestro Camino Espiritual. ¡HASTA EL PRÓXIMO ENCUENTRO!
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