El 29 de Septiembre, en la localidad de Nantoco al interior de Tierra amarilla, en medio de parras y olivos, vivimos una jornada de aprendizaje en torno al Gobierno del Espíritu.

Aprendimos que cuando hay humildad para atender el llamado del Espíritu y se tiene un marco definido por Dios, que el Espíritu nos gobierne resulta  natural. Bastante simple es vivir administrando cada situación de la existencia en base a los preceptos crísticos cuando se ponen las virtudes y el desapego por sobre lo que cada uno imagina, siente o cree que necesita. Esa es la Revolución de la Fe que Cristo entiende y enseña.

Aprendimos además que este modo de administrar necesita de un cuerpo de fe firme, objetivo y sólido, y ese cuerpo de fe es la doctrina que Cristo nos ha dejado en el Evangelio. Por lo tanto es indispensable tener práctica de oración y meditación para ir fortaleciendo la fe con el alimento del discernimiento de la doctrina que nos dará la base, fuerza y empuje para mantenernos firmes en nuestra coherencia con Cristo.